Obra de Leandro Fernández de Moratín, hombre pro-Ilustración y
defensor del régimen siguiendo el modelo francés que estableció
con poco éxito y por breve tiempo D. José Bonaparte.
Sus ideas afrancesadas y los apoyos equivocados le enviarán
al exilio en la capital francesa y en Bolonia.
La pieza se escribe en una sociedad española atrasada en lo
político, económico y cultural. Además, en plena batalla civil
entre reformistas y tradicionalistas.
No debemos olvidar que también es un momento pionero de despunte de
la burguesía y sus altas pretensiones sociales.
En cuanto a lo literario debemos hablar de la preferencia de un modo
de expresión claro, alejado de figuras retóricas y complejos nudos
en el desarrollo de la trama, es decir, se produce una ruptura con la
literatura antecesora.
La producción literaria pasa a ser tenida como un vehículo
didáctico capaz de transmitir los valores propios de una sociedad
avanzada y reformada, cuya base, como establecían las ideas
revolucionarias francesas en torno a 1789, debía ser la educación.
Ideas ilustradas / neoclásicas en la obra:
- Perspectiva clásica basada en la Poética de Aristóteles (regla de las tres unidades).
- La razón ha de imperar por encima de todo, incluso de los sentimientos. Por ello D. Diego acepta el amorío de su futura esposa con su sobrino, D. Carlos.
- Intención de advertir de las nefastas consecuencias de un matrimonio concertado al estilo de la época, es decir, un hombre notablemente adulto con una mujer joven, a menudo doncella. El desenlace siempre será el mismo: la infelicidad para la mujer que, o bien verá frustrada su pasión a causa de la falta de deseo del amante achacada a la edad, lo que derivará en infidelidad, o bien presenciará al poco tiempo la muerte del esposo.
Por tanto, apoyo al derecho de las mujeres para contraer matrimonio
libremente.
- Recalca la importancia de la educación. Hace especial alusión a la educación femenina, en parte desprestigiada.
- Personificación de los dos bandos citados antes (reformistas y tradicionalistas). Los primeros, en el personaje de D. Diego y los segundos en la madre de la protagonista (Dña. Francisca también llamada en numerosas ocasiones Paquita), Dña. Irene.
- Crítica satírica a la educación religiosa. No olvidemos que los ilustrados abogan por una enseñanza laica y, con frecuencia, renuncian a la idea de Dios por no ser empírica. Esto se aprecia en la caracterización de las monjas educadoras de Dña. Paquita por medio de nombres como la hermana Circuncisión.
- El diálogo cobra mucha importancia. De esta manera se muestra que la palabra y el raciocinio son las mejores maneras para resolver los conflictos.
A modo de curiosidades:
- Se conciben los celos como algo totalmente necesario para la existencia del amor puesto que son símbolo de preocupación y temor.
- Hay poco afecto y confianza entre los familiares; esto se ve reflejado en la forma de dirigirse unos a otros: emplean el usted.
- El título hace alusión al sí que acatan las niñas por parte de la sociedad de forma sumisa y sin lugar a queja o vacilación.
No es mi intención realizar un resumen del libro, sino una
aproximación desde la crítica literaria a la lectura de este con el
objetivo de facilitarla y aumentar el nivel de compresión a un punto
que permita al lector disfrutar de la calidad literaria y deleitarse
con el modo de expresión de este movimiento.
Sin embargo es imposible no dar una rápida pincelada a los
personajes puesto que están cargados de valores y defectos muy
marcados. De este modo, Moratín, mediante la caracterización de los
personajes crítica defectos o engrandece virtudes.
- D. Diego es el ideal de hombre virtuoso e ilustrado que emplea la razón y sabe refrenar las pasiones frente a lo correcto.
- Dña. Irene es autoritaria y egoísta. Busca el ascenso social por medio de un casamiento y no repara en la felicidad de su hija ni en el futuro del enlace. Podríamos hablar incluso de ambición.
- Dña. Paquita es totalmente sumisa y no tiene voz ni voto ante las decisiones de su madre.
- D. Carlos a pesar de su valentía en las batallas relatadas, en los aspectos personales como son estos, intenta huir de los problemas en lugar de afrontarlos.
- Cabe destacar las figuras de los criados: Rita, Simón y Calamocha. Su carácter no tiene nada que ver, por ejemplo, con los criados en Calisto, Sempronio y Pármeno (Tragicomedia de Calisto y Melibea) que son pícaros y egoístas; los que nos presenta Moratín son fieles y leales a sus señores.